Tic-tac, tic-tac. Todo era mi elección.
Esta desafortunada cadena de hechos me había llevado a hacer justicia con mi propia mano, y a encontrarme delante de mi propia desgracia.
Tic-tac, tic-tac... ¿es que mi desventura no me iba a dejar en paz jamás?
Se puede ir solo hacia adelante, aunque al final del camino me aguarde solo el abismo.
Tic-tac, el tiempo sigue su curso. Tic-tac, no existe escapatoria.
Quedaban aún en mi interior rezagos de una fuerte motivación, aquella que volverá mucho más difícil juzgarme.
Dentro de mí estoy convencido de que, en el momento en que esta historia sea conocida, esta arbitrariedad que me tomé la libertad de ejercer sobre mis acciones parecerá justa a los ojos del mundo; así como me lo pareció a mí, y me lo parecerá hasta el último de mis días.
Su nombre es- o más bien era- Francisco Javier García, y esta es la historia de cómo tomé la irremediable decisión de quitarle la vida.
[Paso mucho tiempo dormida........desde el corazón humano....ella estaba....siempre dormida pero no sorda....los podía oír....sus risa...gritos...llantos.... los escuchaba...]
(Esta historia la hice después de verme un ntr...y me quedé con mal sabor de boca así que hice esto para poder estar tranquilo)