Hasta que el verano se acabe

Cuando era niña, mi madre siempre decía que todas las personas que conocemos juegan un papel en nuestras vidas. Algunos son protagonistas. Otros, antagonistas. Secundarios. Extras. Invitados especiales. Pero todos son importantes, únicos. Todos forman parte de los enredados hilos que forman parte de nuestra historia. Nos ayudan a crecer, a conocernos mejor, a saber lo que queremos. Y lo que no queremos. Aquel chico que te sonrió en el supermercado y alegró un día de mierda. La chica que, de la nada, pasó a ser tu mejor amiga. La señora parlanchina que se sentó a tu lado en el bus, a la que terminaste contándole todas tus penas, y te entendió mejor que nadie. Todos ellos nos marcan. Aunque muchas veces no seamos conscientes de su importancia.

Era verano cuando él llegó a mi vida y, de alguna forma supe que nunca lo olvidaría. Aquel día esa pregunta invadió mi mente: ¿que papel jugaría él?

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