La luna del alfa nació, el pueblo se regocijo fausto levantando alegres cantos de alabanza al cielo, aquel dorado día había llegado, la manada tendría su futuro asegurado con la llegada de su luna, el encargado de cargar al heredero y futuro líder. El llanto y desesperación de la gente se escucho resonando por cada rincón del pueblo, tropas enormes del sur corrían velozmente al rededor esparciendo la multitud, la alegría había cesado, el festejo se había acabado, la luna... había desaparecido... En lo profundo del bosque a las afueras de los limites, un lobo negro corría mientras el llanto de su bebe se profundizaba cada vez más, cada vez más lejos, cada vez más lejos de su alfa. Al fin te encontré... mi luna.