A pesar de ser la primera vez que lo veía, Win no podía apartar la mirada. ¿Era siquiera posible? Eran los labios más bonitos que había visto desde que despertó en ese cuerpo, y a pesar de que Win consideraba que tenía bastante control de cada parte de su anatomía, sus ojos no paraban de seguir detenidamente cada movimiento de esos jodidos y sexys labios.