Kilmeny la del huerto transcurre en Lindsay, una de las villas maravillosas de la Isla, y en ello vemos sobre el fondo de la descripción pastoril, habilísima, que denuncia aquel amor que dominó a la autora toda su vida, el desarrollo de un romance muy dulce y muy tierno, tocado por las peripecias del destino. Un libro ideal para la juventud, que encontrará en Kilmeny el arquetipo de la pureza, de la belleza y de la gracia; y en Eric Marshall, el arquetipo de la prestancia varonil, de la inteligencia, de la generosidad y del valor moral, y en ambos el arquetipo y el sentido de un verdadero y sacrificado amor.