Buscando la noche

La gente va y viene. Algunos salen mientras otros están a punto de entrar. Unos son indiferencia, mientras que hay otros que te arañan el corazón, lo muerden y mastican hasta conseguir que no haya forma de volver a dejarlo como antes. Hasta que un día aparece, empiezas a creer que quizá existe el destino, o... tal vez bonitas casualidades, no importa. Lo importante es que aparece, te sonríe, gira tu mundo completamente, vuelves a soñar pero con él, solo con él, vives pensando en el momento de verle, vas descontando los días y las ganas se vuelven incontrolables. Caminas por la calle y buscas su mirada, su voz de terciopelo consolandote, buscas sus manos, su pelo, su olor. Buscas refugio. Te preguntas por qué él, por qué no otro. Y te sonríe hasta que todas las preguntas desaparecen.