A sus 17 años una joven comienza su vida fuera de los estándares arraigados de sus padres, aun con un rostro angelical Alicia, como decidieron llamarla guardaba un secreto no apto para una familia de mente tan cerrada.
En su propia piel descubre el pecado mas primitivo, la lujuria, esa que enciende cada poro de su piel como si fuera una hoguera incitándola a descubrir la lejanía de esta, pero esta no es apta para su progenitor.
El tiempo transcurre, pasan días, meses y años cuando vemos que la chispa es apagada, mas sus ojos se abren para descubrir una vislumbraste figura, aunque sea invisible ante los ojos que tiene por delante, por ahora.
Querida Alicia, ojalá tuviéramos mas tiempo, pero este se agota, así como la paciencia que tengo por ver cada musculo de tu cuerpo contraerse demostrando una vez mas que esa llama habita tanto dentro como fuera de tu cuerpo.
Hagamos de ella un nuevo encuentro, porque hasta la injusticia mas cruel que pudo marcar y desnudar tu alma, se paga en esta vida y aquel claustro que encerró tu cuerpo y tu corazón hoy te devuelve ese aliento con un nuevo amor.