¿Desde cuando amar sin un corazón alguno significó sangrar sin cuerpo alguno? Y desde los crudos albores de la locura romántica, escupo sin remedio alguno a la historia que siempre he querido contar pero a la vez, hasta ahora; sigo callando. ¿Desde cuando besar sin labios fue igual a golpear sin puños? O incluso gritar el nombre de tu amada a los mil vientos, y que sólo el invernal soplido de la calurosa fantasía de tus noches plagadas de besos que se despedazaron cuando estuvieron a punto de llorar en tus labios, logren llevar aquel nombre hasta el fin de las historias de muertes silenciosas por pasiones. Donde los amores luchan por ser amados e incluso la soledad los rechaza. Ahí... En tu beso, en tu mundo.