Dicen que hay más vida después de la muerte. Que nuestras almas reencarnan en otras personas y que pasamos a una vida mejor. Sin dolor. Pero, alguna vez, ¿alguien se preguntó por qué siempre van hacia el futuro y no hacia el pasado? No estoy hablando de un viaje en el tiempo, me estoy refiriendo a la vida, mi vida. A lo que siempre quise y no tuve. Entonces, ¿era posible que un alma se desconstruyera a través del tiempo, para construirse en alguien mejor hacia el pasado? Que retrocediera más de doscientos años y que, por eso, no pudiera olvidarse de la vida anterior, que en realidad era la del futuro, la que dejé atrás. Sí. El problema es que eso nunca sucede, nunca se vuelve, siempre se sigue, es como un patrón, un mantra, una simple ecuación. Y yo no seguí, retrocedí. Viajé más allá de la historia engañando al tiempo, hice una apuesta con la vida y me condicionó el pasado, afectándome las acciones de una mujer sin corazón y sin escrúpulos, que vivió en el año 1857 y que, irónicamente, gracias a ella, tuve lo que siempre quise. Por eso estaba dispuesta cambiar su vida. Mi vida. Pero ¿cómo podía vivir aceptando las consecuencias de sus actos?
Bueno, hasta que deseamos algo y el hecho de que se cumpla, lo cambia todo.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.