Honestamente, Hua Cheng no deseaba vivir, ni tampoco seguir muerto, estancado en un mundo que no podía abandonar de ninguna manera. Siquiera podía destruirse a sí mismo con sus cenizas porque ciertamente no tenía idea de dónde podrían estar. La única razón por la que podía seguir existiendo de una manera más llevadera era Wei Wuxian. Por otro lado, el fantasma de baja categoría solo seguía muerto porque temía reencarnar, y volver a sufrir lo que en vida sufrió. Temía lastimar a la gente que amaba y volver a perder a la misma por culpa de sus malas decisiones, así que como el Rey fantasma, no tenía otra opción más que seguir existiendo con el amargo recuerdo de miles de cadáveres rascando su piel y el sonido de miles de cultivadores celebrando que su propio poder se volvió en su contra. A pesar de que solo dos personas estuvieron a su lado siempre, una de ellas murió poco antes de que él lo hiciera, su hermosa hermana había fallecido por sus descuidos y al final Lan Zhan, la otra persona que demostró encontrarse firme en ayudarlo, probablemente también lo había hecho tras siglos de existencia monótona y aburrida. advertencia: historia con temática bl/yaoi/gay/homosexual, en caso de no agradarte este tipo de fics, abstente de leer. Las imágenes utilizadas en la portada no me pertenecen, créditos a quien las creó. Contenido HuaWei, si no te gusta, no leas. tambien contiene grandes dosis de Wangxian y Hualian.