Sólo puedo dormir dos horas al día, a veces simplemente con 30 minutos me basta. El tormento me sigue a dónde voy, me tortura de una manera en la que no soy capaz de escapar. Día tras día sólo tengo pesadillas, es la división entre la realidad y la imaginación. A lo largo del tiempo aprendí a controlarlo, pero sigue siendo un terror cada noche que cierro los ojos y empiezo a soñar.All Rights Reserved