No miro, si no observo a través de la ventana de las cuatro paredes tras las que me escondo de la sociedad. Lo veo todo color lluvia, relato la tragedia en mi mente mientras ésta me mata lenta y dolorosamente. Tal vez la vida, solo sea una prueba de fuego. Quien la supera recibe la recompensa de haberla vivido y quien no, simplemente a tenido que sufrirla. Las aceras están mojadas, el día está gris y, eso, moralmente, no ayuda.