Memorias de una sobreviviente de la vida.

Ya no se que hacer ni que pensar, siento que la gente se decepciona de mi cada vez más, que ya no le interesa mi opinión y hacen las cosas sin importar lo que yo tenga que decir.
Tal vez caí en una semi-depresión, por culpa de los golpes que recibo por todos lados, heridas resultantes de los ataques que alimentan mi sufrimiento y me intentan hundir cada vez más bajo.
He decidido dejar todo eso de lado, luchar contra ello pero, una cosa es decidirlo y otra poder lograrlo, en mi caso el camino a la meta es complicado.

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Podré comenzar con una sonrisa todo el tiempo pero como siempre, llegará alguien que me la arrebate de los labios.
Podré dar lo mejor de mí, pero veo muros cada vez mas altos enfrente.
Podré consolar a todos, aun después de que llegue alguien que haga brotar mis lagrimas, recordándome que no hay quien me ofrezca un hombro para darme consuelo.
Podré sufrir y estar derrumbada por dentro, pero eso no matará el deseo de seguir luchando pese al cansancio que traen las batallas de ésta guerra, que es la vida.
Hoy no me rendiré, pues aún cuando las heridas estén a mi acecho junto al llanto y dolor, mis cicatrices me recuerdan que puedo resistir, vivir y ser feliz.