Un pequeño omega de ojos bicolores y de fragancia a Frutilla llega a la cuidad de los Santos acompañado de su querido hermano mayor Gustabo, por órdenes de su padre Jack Conway el superintendente. Por ocasiones del destino el pequeño Horacio se enamora de un Alfa con fragancia vodka, muy alto con cabeza pequeña y una mirada penetrante que con solo verlo causaba terror, pero al omega le causaba ternura