14 Partes Continúa Contenido adultoRobby Keene tenía una novia, y él estaba convencido de que era perfecta. Tory Nichols era intensa, desafiante y caótica, una fuerza de la naturaleza imposible de ignorar. Desde el momento en que la conoció, se sintió atraído por su carácter indomable, por la emoción que traía consigo, por la sensación de que, con ella, la vida jamás sería aburrida. No era una novia convencional; era impredecible, feroz y apasionada. Y Robby la amaba por eso.
Pero lo que comenzó como un amor ardiente pronto se convirtió en algo más oscuro. Tory no amaba con suavidad, sino con tormenta y control. Sus celos disfrazados de intensidad, sus castigos silenciosos cuando algo no le agradaba, su manera de manipularlo sin que él siquiera se diera cuenta. Con el tiempo, Robby aprendió a evitar situaciones que la molestaran, a ceder para mantener la paz, a convencerse de que, si se esforzaba lo suficiente, todo estaría bien.
Sin embargo, nunca era suficiente. Tory bebía demasiado, coqueteaba con otros solo para ver su reacción, lo mantenía atrapado en un juego en el que ella siempre tenía el control. A veces, cuando se quedaba solo con sus pensamientos, Robby se preguntaba si el amor debía sentirse así, si era normal sentirse tan pequeño al lado de la persona que supuestamente lo amaba. Pero desechaba esas dudas de inmediato.
Porque admitirlo significaría aceptar que Tory no era la novia perfecta que él se decía que era.
Y Robby no estaba listo para aceptar eso.