Un día cualquiera el destino se enamoró de la venganza, ambos se amaban como si nunca alguien pudiera separarlos, pero la muerte decidió que la venganza era sólo un mal innecesario que no ayudaba a los seres humanos. Pues ese era el fin de que ellos existieran, el destino dudó pero después de un tiempo se resignó y le encontró razón. La muerte persiguió a la venganza y la hizo desaparecer del universo ¿Pero los hombres pueden vivir sin venganza?