Una granada, eso es lo que Ebony pensaba de sí misma. Su vida no era horrible, ni mucho menos una historia trágica, al contrario, tenía amor de su familia, amigos que la querían y una perfecta -o bueno no tan perfecta-vida universitaria, pero incluso teniendo todo lo que necesitaba ¿por qué siempre se sentía tan vacía?
El día a día era un constante y monótono tiempo en donde todo era predecible, ella no era perfecta, ni mucho menos aparentaba serlo, pero sabía lo que las personas querían y era exactamente lo que les daba.
-No intento que me entiendas-. Sonrío con una emoción que no pude describir, me atrevería a decir que era tristeza-pero, al menos no finjas-.
-Deberías preocuparte por ti mismo-. Dije mientras miraba sus manos jugando con su celular- te has vuelto un dolor de cabeza-.
-y tú un cascarón vacío Ebony- supe que se arrepintió de decir eso, en el momento que su vista se encontró con la mía.
Sonreí.
-Al menos en algo estamos de acuerdo.
Tercer libro de la serie amores de la mafia [EN PROCESO]
Crecer como la hija de uno de los capos de Italia solo tiene una ventaja -tener un matrimonio asegurado-, y para mí no es una ventaja porque tener matrimonios concertados solo te convierte en la esclava sexual y fábrica de bebe. Cosa que me niego rotundamente a ser.
Pero vivir en una ciudad donde tu padre tiene ojos en cada esquina y miles de voces que le informan las cosas antes de que pueda suceder es una tortura y esa tortura me llevo a contraer matrimonio con él, Alessandro Lucchese.
Esta es una historia que me pertenece en su totalidad. No permito ni acepto copias, adaptaciones, reproducciones, transcribir o trasmitir por cualquier medio físico o mecánico sin mi consentimiento.