El campamento Perso. Un campamento antiguo, en el cual ocurrieron más desgracias de las que jamás admitiría la directora de este, decidieron cerrar el campamento tres años después de abrirlo ya que mucha gente desaparecía y luego volvía a aparecer muerta. El tiempo pasó pero el campamento nunca fue vendido a nadie. La familia Morelli lo iban heredando de unos a otros hasta que llegó a las manos de Kirten Morelli, una mujer decidida a dejar marca en el mundo. Decidió volver a abrir el campamento. Y así fue. El campamento volvió a abrir sus puertas para niños y niñas de entre 9 y 16 años. En el verano de 2019 ocho chicas y ocho chicos se inscribieron en este campamento sin saber que sus vidas ya no volverían a ser iguales...
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