Un castigo divinos hace que dos bestias del inframundo, que antes fueron ángeles, paguen con su corazón todas las malas decisiones que tomaron en sus largas vidas. Claro está, que no todas las decisiones que tomaron fueron malas. Ambas bestias creían que sus decisiones habian sido todas erróneas, menos una. Hasta ese momento claramente, ya que, sin darse cuenta tomaron la decisión de poner en juego sus corazones nuevamente. Esta vez no había vuelta atrás.