Entendí

Hace poco entendí que la felicidad es un cúmulo de circunstancias en nuestra vida que se encuentran alineadas en un mismo momento. Pueden ser nuevas oportunidades, sensaciones, experiencias e incluso personas. También que nadie es capaz de robárnosla o devolvérnosla, porque no depende de un único factor. Puedes estar contento porque has pasado el día en la playa pensando poco y disfrutando mucho, pero no será lo único que componga tu felicidad.

Asimismo, entendí que puedes estar pasando una mala racha y aun así ser feliz. Muchas veces nos centramos en los problemas cuando vienen y focalizamos en ellos tanta atención que perdemos toda la energía que tenemos para lo demás. Lo que no sabemos es que las malas rachas siempre aportan algo bueno, sea un aprendizaje, un final feliz o ambas.
Soy de las que sonríe cuando escucha a un niño responder "feliz" cuando le preguntan que quiere ser de mayor porque creo que así les deberíamos educar desde que son pequeños. Porque todos deberíamos crecer sabiendo que no solo el trabajo, ser padres, tener un buen día o una noche increíble nos va a hacer felices.
Todos tenemos problemas, más o menos graves, pero también tenemos motivos por los que levantarnos cada mañana sonriendo. Porque si nos centramos en la oscuridad es bastante probable que nos perdamos todo aquello que podemos encontrar cuando hay luz.