--¿Nos amabamos? ¿O solo creiamos que lo haciamos? --le sonrio el chico cruzandose de brazos. El ruso le miro unos segundos --. Ya nada es igual, ya no soy igual de ingenuo, mi hermano ha perdido la cordura, y a mi no me queda mucho para alcanzarle --fruncio el ceño el que estaba escuchando sus palabras --. No puedes jugar conmigo, o de lo contrario te mataré --dicho esto el de cresta salio de los vestuarios.