O como vivir la vida después de que en el hotel para el que trabajas te haga ir con otro jefe.
Ella es una tipa normal. Gustos... meh~ y con preocupaciones mínimas.
La responsabilidad más grande que tiene es mandar parte de su salario a sus padres, y pues ya. apenas vive en el lugar donde renta, se dedica a horas extras, leer un poco en la web, ver esto y aquello, dormir y volver al trabajo.
Probablemente no parezca muy sociable, pero a su parecer es una tipa divertida, también profesional, no les quepa duda.
Así que cuando en el hotel la hacen servir a un tipo por una semana entera siendo exclusiva, no se imaginó que la terminarían hechando directo a su privada donde sería la única sirvienta, casi dueña del lugar.
-Señor, me preguntaba ¿Tal vez usted vive solo?
Era tan extraño ver a un hombre como él virarle los ojos. Osea, no habia dignidad cuando uno lo hacía, pero vaya, él se seguía viendo digno.
-En vez de concentrarte en señalar lo obvio, ve y organiza el evento de esta noche, y cuando la cena comience no se te ocurra presentarte.
-Si señor-hermoso y arrogante, la peor convinancion a la que siempre evitaba enfrentarse. Era bueno no ser bonita en este tipo de casos. Tenía toda una tarde por delante para dedicarse a leer todas las novelas que tenía pendientes.