Jennie Kim, una mujer de 25 años, amante del café matutino, con un cuerpo envidiable por demasiadas chicas. Era la más joven de su trabajo, maestra de literatura de una universidad de Nueva Zelanda, amaba su trabajo pero no tanto como el café y el sexo.
Lalisa Manoban, estudiante de segundo año en la universidad en Nueva Zelanda. Todo en ella es perfecta, a palabras de su sexy maestra, pero ¿Quién diria que esa perfecta rubia tiene una ortografía para morirse?
-Es respecto a su examen, Manoban. -Un nerviosismo se vio adueñado de la mencionada, ahora si que estaba asustada y temia por su calificación. -Digamos que... bueno, realmente es nefasto.
- Lo siento, miss Kim. -Respondió con la cabeza baja, y aquella manera en que habia sido llamada por su alumna, provocó que su cuerpo se tensase, y que algunos escalofríos la recorriesen. -Siendo sincera no soy muy buena en la ortografía y he puesto todo mi empeño en el examen, pero veo que no fue suficiente, nuevamente perdone, miss Kim
"No sabes como me pone que me llames de esa manera, pequeña"
Donde el corredor argentino, conocido por su facilidad para chamuyar, cae ante una chica Ferrari
Donde Julieta, sin querer, cae ante el argentino chamuyero