Cuando la operación militar fracasa, Joel Pimentel es condenado a setenta años en la Prisión Federal de South Fleet; el hogar de los fantasmas, el bloque de hormigón, concreto y muerte que abarca a los criminales más sádicos de todo el continente. Seis años más tarde, cuando el mundo dentro de ese infierno está en sus manos, cuando su sangre ya se consideraba ambrosía amarga para todos los que seguían sus pasos y órdenes, cuando las más trágicas y sombrías leyendas hablaban de él como un terrestre leviatán y un salvaje asesino de cordura; Joel decide que es hora de saciar su sed de venganza. Erick jamás imaginó que su nueva misión sería ayudar a uno de los presos más temidos y pérfidos, que ocultaba bajo una máscara transparente justo lo que él necesitaba para su arrasada existencia. -¿Sabes lo que es el arkhé, Erick? -Sí- afirmó en un soplo de bocanada. -Me alegra, porque tú eres el mío.