Antiguamente se creía que las joyas halladas bajo ciertas estrellas almacenaban un poder muy especial, una vez se descubría la magia que podían emitir se les otorgaba un nombre especial, junto con la forma que parecían tener. Hace millones de años aquellos que eran los poseedores de las piedras eran capaces de controlar el poder de las mismas, en ocasiones ocurría que al tener el control de los poderes lograban tener un control casi absoluto en las antiguas sociedades, llegando a ser reyes, gobernantes, alquimistas, o incluso caballeros, pero cuando el poder llegaba a las manos incorrectas ocasionaba estragos mayores al mundo. Sus últimos portadores eligieron morir junto con las piedras, de esa manera no abusarían de su poder, sin embargo, nunca pensaron que en realidad las piedras seguirían buscando portadores, por los siguientes miles de años han viajado por el mundo buscando a sus nuevos portadores, esperando así a quienes tomen su nuevo poder. Los años siguieron pasando y las piedras siguieron viajando por el mundo, hasta cierto tiempo en que llego el instante en que las piedras al fin llegaron a sus portadoras, pero en esta ocasión seria cuestión de ellas el aceptarlo, ya que junto a ellas vendrán problemas mas grandes.