Solo veía blanco y
sentía un dolor punzante en mi cabeza, escuchaba como los zapatos martillaban
el suelo cuando corrían de un lado a otro y gente hablando en términos extraños
que no lograba entender.
No pasó mucho tiempo
antes de que me diera cuenta de que estaba en un hospital y que era llevada en
una camilla, que la gente que corría y hablaban cerca mío eran las enfermeras
tratando de encontrar un doctor que pudiera atenderme.
No logro recordar que
había pasado, ni por qué estaba en esta situación; después de lo que se
sintieron horas pero en realidad fueron segundos vi un cartel sobre mi, enfoqué
mi vista para poder leerlo; no podía creerlo, no tenía idea de lo que me había
sucedido solo sé que fue bastante grave como para ser llevada a cuidados
intensivos.
Cuando por fin veo
que ya nadie corre a mi lado y siento que las voces se apagan, que lo que antes
eran gritos ahora son solo susurros, me calmo, siento que ya nada es tan grave.
Veo la escena desde
afuera, como un espectador más, lo que me pareció extraño, simplemente no lo entendía.
Veía como las enfermeras retomaban su carrera de una lado a otro como había
sido segundos atrás pero ya no las lograba oír, no sabía lo que estaba
sucediendo hasta que vi como trataban de reanimar el cuerpo en la camilla. En
ese pequeño transcurso caí en cuenta que ese era mi cuerpo y que lo conectaban
a maquinas.
Había caído en coma.
Cuando Jana, una talentosa y apasionada arqueóloga, es elegida para un proyecto de exploración por el gobierno, no imagina que esta misión cambiará su vida para siempre cuando conoce al comandante Maximilian Hoffmann; el prometido de la mejor amiga de Jana, por más que intenten evitarlo la atracción se vuelve cada vez más insoportable entre ellos, mientras se embarcan en una peligrosa expedición que los hará vivir una aventura llena de mentiras, secretos y erotismo. ¿Logrará Jana evitar mezclar sus sentimientos y su deseo?