Al consultorio del doctor Yuge, quejándose de dolor en la parte inferior del abdomen y un fuerte sangrado diario, llega un carpintero demasiado varonil llamado Iwamoto. No importa cuántas pruebas realice, los síntomas conducen solamente a una posibilidad: «Un hombre con ovarios y un útero en perfecto funcionamiento» Iwamoto, shockeado, fue transferido a obstetricia y ginecología y comenzó a estar absolutamente frustrado por la ansiedad y la tensión que le ocasionaba este nuevo descubrimiento...