Hera: Impulsiva, se dejaba llevar por las emociones hasta perder los estribos.
Stephan: Calmado, imperturbable, siempre manteniendo la compostura.
Hera: Vivía cómodamente.
Stephan: La comodidad le sobraba.
Hera: Quería estar con alguien que la hiciera sentir en la Luna.
Stephan: Tenía suficiente dinero para dar una viaje en un cohete hasta la Luna.
Hera: Creía que su vida estaba resuelta.
Stephan: Necesitaba ayuda de alguien porque su vida era un desastre.
Hera: Creía en el amor y su sueño era formar una familia.
Stephan: El amor de su vida era el trabajo y no tenía planes de casarse.
-Si tú te enamoras de mí, yo me alejaré. -Remoja sus labios y yo no puedo evitar esa punzada de un sentimiento que no logro identificar-. Si yo me enamoro de ti, te alejaré, y bueno, no creo que ambos nos enamoremos.
-No tientes a la suerte, Stephan.
Vuelve a suspirar, parecía contrariado, como si jamás hubiera sopesado esa descabellada posibilidad.
-Si ambos nos enamoramos todo esto acabaría, y cada quien se iría por su lado.
-¿Qué pasaría entonces con Claus?
-Tendrías guardaespaldas las las veinticuatro horas del día.
Me muerdo con fuerza el interior de mis mejillas hasta sentir el sabor metálico de la sangre.
-Ya, espero que si eso sucede seas tú el primero.
Tomo las muletas a mi lado y me levanto sacudiendo la arena de mi trasero para regresar a la habitación.
Ya me quedó claro que esto jamás funcionaría. No es que esté enamorada, pero resulta imposible que no me atraiga hasta el punto de gustarme. ¿A quién no le gustaría un hombre así?
Solo espero que del gusto al amor hayan mil barreras y yo las sepa colocar bien porque Stephan ya ha puesto las suyas.
No se aceptan copias y/o adaptaciones de ninguna parte del contenido de este libro.
No quiero plagio de ningún tipo de mi libro. Todos tenemos la capacidad de crear, hazlo tú también.
19/5/2021
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.