En la entrada del inframundo

Sofía conoció a Evan, un chico extraño con un gran fanatismo por la mitología griega, en su primer día de colegio. Desde entonces, se volvieron inseparables y por años disfrutó las historias que su amigo le relataba de grandes dioses, titanes y monstruos, hasta que un día en los inicios de su adolescencia realizan un ritual para llamar al dios favorito de Evan: Hades.
Nadie nunca creyó la versión de Sofía acerca de las extrañas circunstancias en que desapareció su amigo, lo que la llevó a una vida marcada por etiquetas psicológicas y la duda de si sus recuerdos son reales o no. Por este motivo, a días del décimo aniversario de desaparición de Evan, Sofía decide recrear el ritual, pero con modificaciones, llamando sin querer a un Dios griego que nadie conoce y que le impone una gran labor en el inframundo.

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