Mi amigo tenia una tía llamada Mariana, una señora que siempre estaba sola en su casa, por alguna razón el la odiaba, puesto que nunca la visitaban, los vecinos dicen que nunca la veían salir de casa era una señora muy ermitaña, habían pasado varios años desde que la volvieron a visitar le pregunte, porque a lo que el me responde "esa vieja esta loca déjala sola", a pesar de que mi amigo Flavio me decía eso yo no podía creerlo, el era una persona amable pero cuando hablábamos de ella se ponía muy tosco desconozco el motivo de su actuar aun así le dije que debía visitarla, que incluso yo podía acompañarlo, a lo que me miro con un rostro asustado y me dijo que lo dejáramos así, yo insistía que familia es familia, aun que no le agrade sigue siendo su tía.
Todos cargamos con un poco de locura dentro de nosotros. Y es esa irracionalidad la que lo alimenta, la que dibuja una sonrisa que muestra sus dientes afilados y listos para romper piel y destilar sangre. Él puede olfatear la locura en tu alma como un sabueso entrenado, hambriento de dolor, destiñendo decadencia y muerte. Shhh, no digas su nombre.
Cover Art & Design: Consuelo Parra