Ramón era el único trabajador que desencajaba entre los demás. No solo por su anatomía tan sensual, si no también por si rasgos faciales. Era guapo, repito. Tenía unos bíceps muy marcados, brazos fuertes, piernas gruesas. Era una lástima que siempre tuviera jeans. Casi siempre usaba gorra, supongo que para no mancharse tanto el rostro. Mayormente se paseaba en sports, y en una que otra ocasión, miré desde la ventana cuando no traía playera puesta.