Aether nunca pensó que las cosas se tornarían de esa manera, pero, no se sorprende, después de todo tuvo un caso similar en Mondstadt - Paimon piensa que debemos irnos de esta posada - Nah - ¡Aether! ¿Acaso no vez la tensión a muerte que se ha formado? - Claro que lo veo, si algo pasa ¿Por qué deberíamos irnos? - Eso no dijiste en Mondstadt... - Fue un caso diferente - ¡No lo era! Aether empieza a tomar su té, a unos cuántos metros se encontraba la lanza de Xiao rozando el cuello del menor de los fatui - Lo preguntaré una vez más ¿Qué fue lo último que dijiste?