INVOBLES

Mikalé era asechado por una familia de Demonios que deseaban usar su poder, descubriendo así que no era completamente humano, revelando un mundo de monstruos que siempre existió, pero él no podía ver, como si el infierno hubiese estado pisando su sombra y por fin lo hubiera alcanzado.

Podía morir en sus garras, o siendo devorado por aquellos labios... Su corazón fue doblegado ante unos penetrantes ojos verdes que lo atrajeron a la oscuridad, como una sirena hipnótica que lo arrojó al agua y lo sumergió, sentenciando la pureza de su alma y condenándolo a pertenecerle.

"A quien hay que temer no es a Dios o a los Demonios, es a la mente humana, de ella nace la destrucción."-A. Suaste.

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