El era un monstruo, un fenómeno, un bueno para nada, un desgraciado y muy desafortunado niño que llego para arruinar la vida de los mortales, un niño que siempre tuvo la culpa de lo que sucediera a su alrededor, un niño que había arruinado la vida de sus padres, hermanos, tíos, vecinos, maestros, y amigos...un niño que decidió hacer una cosa por una vez en su corta y miserable vida, si ellos vivían en un mundo de unicornios, donde los magos oscuros no los alcanzaban, tenían un fuerte heredero y un techo que los abrigue...bien podría llevarlos a su infeliz situación, podría mostrarles como vivían los condenados como el, podría hacerles ver lo necesitado que estaba, lo solo que estaba, lo hambriento que se encontraba, lo desgraciado e infeliz que era...podría hacer todo eso y mas con la ayuda correcta...por lo que rápidamente tomo un cuchillo de la cocina, tomo el poco dinero que logró robar de sus tíos y con la capa de invisibilidad de su hermano en sus hombros...se hizo paso al cuarto de sus dormidos tíos y fríamente les dijo...
Harry : bienvenidos a mi mundo...*susurro antes de cortar sus cuellos de lado a lado, ni un grito ni queja...*