El emperador Lan no se arrepiente de nada en su vida excepto de no creerle a su amado consorte cuando le advirtió muchas veces con lágrimas en los ojos que había algo mal con su concubino y ahora lo sabe pero ya es muy tarde . -Prometo escucharte en la siguiente vida mi bello consorte La imagen de portada no es mía, créditos a quien corresponda