Esto no pueden ser remordimientos... No, no me arrepiento, tenía que hacerlo, ¿no? Me quito la cazadora llena de sangre y corro hacia el arroyo a lavarla. No no no no... La sangre no se va. Restriego y restriego pero sin conseguir ningún resultado. Cuando me rindo miro desesperada al frente y lo único que veo es mi reflejo en el agua. ¿Cómo he llegado a esto? Me encuentro a kilómetros de cualquier otra persona (viva al menos), llena de sangre y lejos de la cordura. Os preguntareis que he hecho y porqué, y la respuesta es muy simple: yo solo quería sobrevivir, o al menos eso le diré a la policía cuando me encuentren.
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