Como cada mañana se levantó y se vistió.
Bajó a la cocina y se hizo un par de tostadas con una taza de Café.
Lo intentaba sacar todo de la cabeza y centrarse en el examen de lengua que le tocaba en treinta minutos.
Si, hacía tarde al instituto.
Cogió la mochila naranja y, con la tostada todavía en la boca, salió corriendo por la puerta, intentando despedirse de quien quedara en su casa, pero sólo consiguió que le saliera un ruido extraño.
Con un poco de suerte, pudo coger el bus, que le estaba esperando en la esquina.
Siempre procuraba pasar desapercibida, no era demasiado popular y cada vez sentía que sus amigas se iban alejando de ella.
Se colocó los auriculares en las orejas, y buscó en su móvil, "Te voy a esperar" de Juan Magan.
Todavía tenía en la cabeza la imagen de aquel chico tan especial que sólo lo había visto una vez y ya se había enamorado completamente.
Sabía que seguramente el motivo por el que este chico le había hecho caso o, hablado era para que le hiciera los deberes o alguna broma de mal gusto. Ella era una chica desconfiada.
Siempre esperaba sus mensajes, la hacían feliz, no como los de su amigo pesado, que después de que Sara le hubiera dejado bien claro que no quería nada con él, seguía insistiendo.
¿El problema? Estos dos chicos eran amigos.
De repente, el bus se paró.
- No os mováis del lugar. - Dijo el conductor, bajando un momento del vehículo.
Sara se alarmó.
¿Justamente el día del examen? Realmente ese día no empezaba demasiado bien.