Matthew Evans (sí, nombre cliché) no podía sacar de su cabeza a aquella chica que vió en la carretera. A Artemisa Cooper (sí, como la diosa) se le quedó grabada la sonrisa y los ojos de ese chico que vió cuando iba al colegio. Pensaron que no se volverían a ver, que ese momento solo quedaría como un recuerdo lindo, como uno de esos típicos momentos dónde ves a una persona por la calle y ésta te deja flechada pero nunca la vuelves a ver. Ja, se equivocaron, obviamente, sino no habría historia que contar.