Año 2020. El mundo se venía abajo, todo era oscuro y ya nadie sonreía. La pandemia había arrasado con toda la luz, las sonrisas y el amor. Ya no más fiestas, ya no más cenas a las once ni paseos a las tantas por la playa. Ya no más alegría. Fuera los abrazos, los besos y el contacto físico. Todos debíamos cuidarnos, usar mascarilla y mantenemos lejos. Muchos se fueron, otros lucharon y el resto ahí seguíamos. No podíamos tocarnos, ni estar a menos de dos metros. Todos estaba cerrado y nadie salía a la calle. Al tiempo parecía mejorar pero se paralizaba. A las 20:00 saliamos a las ventanas para cantar y aplaudir. Más tarde reuniones de 2-4. Llegó el toque de queda y con el las prisas, el mirar cada dos por tres la hora y correr para estar a tiempo. Nada era igual. Julio sin fiestas en la playa, Septiembre sin sus abrazos de reencuentro, Octubre sin Halloween y Noviembre sin celebración. 08 de Noviembre, mis ansiados 18. Desde niña había soñado con ese día y cuando llegó nada fue como había imaginado. Encerrada en casa, sin mis amigos, sin fiesta. Decidí soñar, creer en los cuentos. Cerré los ojos y pedí un deseo. Mi deseo número 18. Entonces una semana después llegó él; con sus ojos café, sus largas pestañas y sus mejillas rosadas. Vestido de oscuro, usando Nike, su riñonera cruzando el torso y su cigarrillo, ¿podía ser más cani? Fue lo primero que pensé, bueno miento; no pude pensar en nada cuando lo vi. Deseo número dieciocho voy por ti. _________________________________________________________________ Queda totalmente prohibida la copia o adaptación de esta historia. Si veo alguna parecida o igual, sin justificación, será denunciada. Por favor, respetar el trabajo ajeno. Instagram: yovanaperez02 & yovanabooks Facebook: Yovana Pérez