Algún día tendré la oportunidad de despedirme de ti, no pude hacerlo antes, pero sé que tú quisiste hacerlo.
Nunca tuve la oportunidad de conocerte tan bien, solo te veía mover tu colita, locadamente cuando me veías entrar a casa. Cuando te daba la comida, cuando jugábamos bruscamente en la casa y el parque. Cuando querías algo de mí y sin pensarlo lo obtenias todo
Recuerdo cuando me dabas tu mano para darme el permiso de salir, cuando dabas vueltas en aquel lugar y no dejabas de hacerlo, tratabas de agarrar tu colita
Eras mi hijo, mi bebé. Aunque siempre me preguntaban ¿por qué te había escogido a ti?, lo único que podía decir era que fuiste el primer animal doméstico en acompañarme en entenderme, en estar conmigo a pesar de las dificultades
Por esa razón te amo, como la primavera, te amo tanto que a veces te culpo de no decirme lo mucho que estabas enfermo
Y por eso Te Amo, así nunca te lo hubiese dicho y así tú no me hubieras podido hablar hubiese querido que en mis noches de soledad tú estuvieses allí para hablarme y para tener buenas pláticas
Pero desafortunadamente, ninguno de nosotros pudimos expresar lo que sentíamos. Y por eso me culpo de no saber que estabas enfermo, del saber que nunca nos dijimos adiós.
"Siempre habrán ángeles en el infierno y tentaciones en el paraíso."
Polos opuestos, llamados por el destino.
Zehra una mujer con cara angelical, aura de diosa, cuerpo de infarto que irradia elegancia y clase por donde quiera que vaya.
La vida de Zehra no era para nada diferente a las demás, no hasta que lo conoció a él. A un hombre sombrío, sin escrúpulos, arrogante, y narcisista. Su vida dio un giro de 360 grados, cuando después de una larga y temerosa noche se despertó en un lugar completamente desconocido para ella.
Entonces la acción inició. Su vida ya no era aburrida, porque el peligro, los problemas, y los deseos explícitos yacían parte de ella. Aquel hombre la sedujo, el se hizo adicto a ella, la hizo su sumisa, su mujer, y la reina de su gran imperio.