A veces los monstruos habitan bajo nuestro techo. Yo estoy casada con uno. Él tiene a su disposición prisioneros que siguen sus instrucciones. Argumenta mantenerme alejada de la civilización porque me ama y quiere protegerme sin darse cuenta que más que su esposa, soy su cautiva. Lo dejé de amar desde que su obsesión sobrepasó los límites. Pero eso acabará, no me importa si necesito destruirlo primero. Porque soy una mala cautiva.