Stephen me miró de una manera extraña, como si hubiese dicho algo estúpido, o profundo. Nunca supe cuál de las dos. Sin embargo, él solo negó con la cabeza. - A veces la vida no es más que una perra. - Eso suena tan maduro -. Comenté con sarcasmo y él se rió. La sonrisa de Stephen removió algo en mi interior que no había sido tocado en mucho tiempo. Redescubrí mi sonrisa en ese momento.All Rights Reserved
1 part