Ella se sorprendió de aquel beso, inesperado, quizás, pero desconcertante para ella. Hace tanto que no había besado a alguien, hace tanto que no había sentido ese anhelo exquisito de amar. Que sí, sin pensarlo dos veces, lo besó. Pero aquel beso, que no planificó, que no deseó con todo su corazón, le hizo entender que las mariposas en el estómago, sí, existen.All Rights Reserved