Harry Styles, típico muchacho gay en 1961. Un trasfondo familiar algo disfuncional pero claro que más da, eran los 60's donde era totalmente aceptado engañar y maltratar a tu esposa ¿Golpear a tus hijos para desquitarte? ¡Claro! Si no, para que otra razón los tendrías, pero al parecer amar era algo impuro, un pecado, algo que debía de curarse. El pobre joven vivía en una batalla consigo mismo desde que entró a la pubertad, al conocer más personas como él, logró darse cuenta que aquello no era una enfermedad, era el sentimiento más limpio y hermoso al que cualquiera se podría enfrentar. Irónico ¿No? Enfrentar algo que no elegiste.