Emily es una chica bastante tímida y obsesionada con el control, pero cuando coge confianza, o más bien se emborracha, la locura fluye por sus venas, tanto, que no tiene ni idea de lo que es capaz.
Vive en un piso cerca de la playa junto a dos amigas, las cuales tienen novio, y eso provocará que se sienta fuera de lugar en muchas ocasiones o incluso frustrada entre tantos besos y noches apasionadas que no tienen nada que ver con ella, aunque todo eso cambiará, cuando Erik Wilson aparezca en su vida para sacarla de esa habitación del amor y decidan ir en busca de aventuras, aunque sea solo durante unas horas.
Pero lo que quizá no tuvieron en cuenta, es que por mucho que consiguieran escapar de esas cuatro paredes, ellos mismos se envolvían en su propia burbuja, esa de la que tanto querían huir, el amor.
- ¿Serías capaz de enamorarte?
- ¿Sabes? Si me lo hubieras preguntado hace unos meses, mi respuesta habría sido completamente contraria a lo que pienso ahora, es curioso como cambian las cosas...¿no?
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.