Habiendo vivido una vida normal y tranquila como cualquier otra en su pueblo, Asarot nunca pensó que lo perdería todo de un momento a otro, aun sabiendo que había adquirido la marca que lo definía como un heraldo del fin, aquellas entidades odiadas y repudiadas a muerte por todo mundo en las tierras de Driza, pensó que todo podría seguir como siempre en su vida, pero nada fue así al haber sido traicionado por las personas en las que más confiaba. Perdiendo su hogar, viendo cómo su familia era asesinada delante suyo tras haber sido traicionado y entregado para su captura, Asarot perdió todo deseo de seguir con vida tras ser confinado en el calabozo para su posterior ejecución, pero en el día que sería ejecutado un par de personas que compartían la misma desgracia que él hicieron acto de presencia para ofrecerle aquello que había perdido, una nueva oportunidad de vivir. Impulsado en ese momento por un pequeño, pero existente deseo de seguir con vida dentro suyo, Asarot tomó aquella mano amable que le ofrecía una nueva oportunidad, aceptando con ello su nueva vida como un heraldo del fin. Evitando ser asesinado por los héroes de esas tierras o ser capturado por los reinos del lugar, emprenderá una nueva vida donde se relacionará con más personas que comparten un cruel destino, comprenderá más acerca de la vida y pesares que estos llevan consigo, aprendiendo más acerca del pasado de esas tierras y de los múltiples secretos que esta ha ocultado en su larga historia existiendo mientras busca cuidar y proteger aquella nueva oportunidad que se le otorgó junto a las nuevas personas que se volverán importantes para él, preguntándose en el proceso quiénes son realmente la peor amenaza y existencia en ese lugar.