Recuerdo a la perfección el día que lo vi por primera vez,
10 de Septiembre de 2008, en una tarde helada en Bogota, recién había llegado a la ciudad junto a mis padres, papá consiguió un trabajo en esta ciudad así que de la nada decidieron que debía dejar mi ciudad, mi país y a mis amigos,
A los 14 años algo como eso suena al fin del mundo claramente
Mamá- por que no sales a dar un paseo Romina, por todo el vecindario se ven chicos de tu edad
Romina- por que no quiero conocer chicos de mi edad, en Mexico conozco muchos, odio estar en este lugar
Mamá- hija debes entender que
Romina- si mamá si " el trabajo de tu padre" - dije arremedandola
Mamá- sabes? estás muy insoportable, si no quieres salir por lo menos desempaca, el lunes irás a clases y quiero este ordenado antes
Solo torcí los ojos y coloqué mi almohada sobre mi cabeza para dar un grito,
Supuse que debía desempacar algún día así que lo haría
Romina- estupida Colombia - dije pateando algunas cajas
Justo abría la primera cuando escucho un ruido venir de la parte de afuera, me asomé desde la ventana del segundo piso donde se encontraba mi alcoba,
Sentado en una pequeña banca en la casa de al lado estaba un chico, a simple vista parecía de mi edad, tes pálida, cabello oscuro y bastante flacucho y extraño, se encontraba tocando la guitarra, sonaba bien y algo relajante...
Ese día jamás me pasó siquiera por la cabeza que ese flacucho y extraño chico se convertiría con el niño que más querría en la vida.
Se que quizá esperan una historia color de rosa, pero está no es una de esa.
Fiorella siempre fracasó en el amor, hasta que conoció a Martín; el chico de sus sueños.
Aún así, cuando decide darle una oportunidad más al amor, su confianza se ve completamente traicionada cuando se presenta una infidelidad por parte de su novio y no está segura de qué hacer al respecto.
¿Perdonar o dejar?