Algunas casas guardan secretos, historias trágicas que no queremos escuchar y menos vivirlas en carne propia; pero esto no depende de nosotros, sino del destino: podemos estar en el lugar indicado, en el momento justo para despertar las energías-algunas se llaman fantasmas o espíritus y otros, demonios- que aguardan a ser invitadas al mundo de los vivos. Ellas solo necesitan una excusa, un pretexto, para regresar de "mas allá" y atormentar a quienes se atrevieron a molestarlas...