El último curso de instituto, era la última oportunidad de hacer todo aquello que no podrían hacer los futuros años como jóvenes adultos enredados en la universidad o en el trabajo. La última oportunidad de confesarte a tu primer amor, lanzarte hacia tu primer beso o en el caso del detective y para su sorpresa, enfrentarse a un complicado caso, en el que su perspectiva, su manera de pensar, sus futuros planes e incluso su ego, se vieron afectados por las aves depredadoras que volaban por la noche.