Elige un lugar.

De poco importa si a este otoño no le suceden más Febreros. Podremos quedarnos aquí, eternos y congelados en Noviembre. No me importaría pasar en el portal de nuevo los domingos, a oscuras y con besos fríos. Podemos beber café de la misma taza mientras nuestra conversación naufraga lentamente en círculos por los bordes. Beber a pequeños sorbos mientras sincronizo mi pestañeo con el tuyo para poderte ver siempre con las pupilas dilatadas. Todavía estamos a tiempo de coger el tren a Viena, y poder ver el temprano atardecer desde alguno de sus puentes...porque es cierto que en todas las ciudades amanece de forma parecida pero la noche llega de forma distinta a cada una de ellas. O también puedo decorar con cartones y colillas rojas la azotea y lo vemos desde allí... Y cuando ya se haya hecho de noche podemos volver al callejón y desatar el invierno y si quieres, márchate. Pero tienes que prometerme que sea del modo que sea, este atardecer lo compartirás conmigo.